El magnesio afecta el flujo de actividad eléctrica en el corazón. Cuando tienes niveles bajos de magnesio, este flujo se interrumpe y provoca inestabilidad eléctrica en el corazón. Hace que el corazón se acelere, lo que produce palpitaciones (sensación de que el corazón late más rápido o con fuerza). Las palpitaciones son un tipo de arritmia o ritmo cardíaco anormal. Si bien algunas arritmias son inofensivas, otras pueden causar daños potencialmente mortales a los órganos.

Además, los niveles bajos de magnesio pueden provocar otros problemas cardíacos, como espasmos de las arterias coronarias (cuando las arterias coronarias, estructuras en forma de tubo que transportan sangre por todo el cuerpo, se estrechan temporalmente y bloquean el flujo sanguíneo al corazón). Y, dado que el magnesio ayuda al cuerpo a regular la presión arterial, es probable que un nivel bajo de magnesio pueda contribuir a tener presión arterial alta. 

El magnesio ha sido llamado  “ relajante natural” que interviene en el equilibrio y el control de ciertas hormonas. Por ejemplo, ayuda al cuerpo a producir serotonina, que influye en el estado de ánimo, la memoria y la irritabilidad. Si el bajo nivel de magnesio impide la producción de serotonina, podrías correr un mayor riesgo de sufrir problemas de salud mental.